Una historia del ‘borracho seco’
El término síndrome del borracho seco fue acuñado originalmente por los creadores del programa de 12 pasos, Alcohólicos Anónimos. El autor RJ Solberg definió el término en su libro de 1970, The Dry Drunk Syndrome (El síndrome del borracho seco), como “la presencia de acciones y actitudes que caracterizaban al alcohólico antes de la recuperación”.
Una persona que padece el síndrome del borracho seco puede mantener relaciones tensas con sus seres queridos y seguir padeciendo hábitos poco saludables, tanto internos como externos. En resumen, aunque haya dejado de beber, aún debe lidiar con el bagaje emocional que lo llevó al alcohol en primer lugar. El síndrome del borracho seco es más común entre las personas que abandonan su adicción por sí solas, ya que no cuentan con un equipo de apoyo profesional que las guíe a través de este difícil cambio en su vida. Las personas que se someten a un tratamiento profesional para el abuso y la adicción al alcohol tienen menos probabilidades de desarrollar el problema.
Si bien algunos miembros de la comunidad de los Doce Pasos han utilizado con desdén la frase “borracho seco”, es importante reconocer que el síndrome del borracho seco es un fenómeno psicológico legítimo que puede afectar a cualquier persona que esté luchando contra una adicción. No es el resultado de “no seguir el programa” ni es un signo de alguna falla innata en el individuo.
El síndrome del borracho seco se puede superar; solo se requiere la voluntad de descubrir la raíz de la propia adicción.
¿Cuáles son los signos y síntomas del síndrome del borracho seco?
Existen algunas señales reveladoras que indican que una persona padece el síndrome del borracho seco. Psychology Today describe estas señales como:
- Resentimiento hacia amigos o familiares
- La ira y la negatividad en torno a la recuperación
- Depresión, ansiedad y miedo a la recaída.
- Celos de amigos que no luchan contra la adicción
- Romantizando sus días de bebida
- Estar obsesionado con uno mismo
- Reemplazar la adicción por un nuevo vicio (por ejemplo, sexo, comida y uso de Internet)
El síndrome del borracho seco opera casi exclusivamente en la mente de la persona. De hecho, los psicólogos desde 1955 sostienen que trabajar en la “vida interior” es la clave para superar la mentalidad del borracho seco. A través de un tratamiento integral que incluye terapia y programas de recuperación como los grupos de 12 pasos, una persona puede descubrir qué la llevó a las drogas o al alcohol en un principio.
Con este conocimiento en la mano, pueden comenzar a reparar el daño que la adicción ha causado.
La psicología del síndrome del borracho seco
Muchas adicciones surgen de la necesidad de un mecanismo de afrontamiento. Cuando una persona comienza un tratamiento, sus seres queridos a menudo esperan que sin la sustancia devastadora en la vida de la persona, todo estará bien; sin embargo, la realidad es que alguien que lucha con una adicción no se sentía “bien” en primer lugar. Cuando se le quita su manta de seguridad (la sustancia de elección), las cosas pueden empeorar antes de mejorar.
Las personas que padecen el síndrome del borracho seco pueden sentirse abrumadas, como si estuvieran luchando por la vida sin la sustancia que eligieron. La recuperación es siempre un proceso profundamente personal y, a veces, doloroso, en el que las personas luchan para luchar contra sus demonios internos y, en última instancia, alcanzar un nivel de autoconciencia que no tenían antes. Si bien la desintoxicación del alcohol es parte del proceso, el trabajo de abordar los problemas que llevaron a la adicción requiere un trabajo mucho más profundo.
Como se afirma en un artículo de 2016 de la revista australiana Addiction Research and Theory, “la recuperación se entiende mejor como un viaje personal de transición de identidad negociada socialmente que se produce a través de cambios en las redes sociales y actividades significativas relacionadas”. Una persona en recuperación no se limita a decir “no” a una sustancia. Está cambiando su propia identidad (una perspectiva aterradora para cualquiera) y lo está haciendo sin la muleta del consumo de sustancias que ha llegado a conocer tan íntimamente. Esto por sí solo puede explicar por qué una persona puede desarrollar el síndrome del borracho seco.
¿Cómo pueden ayudar los seres queridos?
Si nota que un ser querido presenta síntomas del síndrome del borracho seco, su primera responsabilidad es alentarlo a que continúe con el tratamiento. La Enciclopedia de prevención, tratamiento y recuperación del abuso de sustancias informó en 2008 que, a veces, una persona que lucha contra el síndrome del borracho seco puede desanimarse por lo que percibe como un intento fallido de lograr la sobriedad. Como resultado, es más probable que disminuya sus esfuerzos de tratamiento o incluso que abandone por completo el tratamiento. Esta forma de proceder puede hacer que la sobriedad de una persona sea más precaria y, en última instancia, deshaga todo el trabajo duro realizado hasta ese momento.
Una forma de combatir el síndrome del borracho seco es orientar a su ser querido hacia un comportamiento más saludable y estimulante. La mayoría de las personas que luchan contra el síndrome del borracho seco también sufren tendencias depresivas y les resulta difícil encontrar actividades que disfruten. Puede ayudarlos a redescubrir viejos pasatiempos que alguna vez les encantaban o presentarles nuevas experiencias. Algunos ejemplos incluyen:
- Estimula el intelecto tomando una clase.
- Explorar enseñanzas y prácticas espirituales.
- Aprende un nuevo pasatiempo.
- Tómate tiempo para hacer ejercicio.
- Pasar tiempo con familiares y amigos.
- Explora el tratamiento a través de programas de rehabilitación y terapia.
El papel principal de un amigo o familiar para una persona en recuperación es brindar apoyo y reflejar la positividad que se puede encontrar en una vida libre de adicciones. Esto es especialmente importante cuando una persona está lidiando con el síndrome del borracho seco. Si continúa interactuando con su ser querido y apoyándolo durante este momento difícil, es posible que le resulte más fácil seguir adelante y continuar con el duro pero gratificante trabajo de la recuperación.
Comentarios